
[En funciones 149] La séptima puerta
Tenía el sanguinario Barbazul un castillo con siete puertas, que a la joven Judit le fue descubriendo de una en una. Escapa, le decía, vete, pero no te vayas: ella le preguntaba por qué lloraban las paredes, por qué estaba ensangrentado el inmenso tesoro, y por qué escondía un lago de lágrimas. Y qué necesidad tenía de un arsenal, de una cámara de torturas. Al cabo, tras la séptima puerta, el gigante Barbazul le mostró a Judit la verdad: la colección de mujeres que habían pasado por sus manos grandes, enfermas y mortales de necesidad.